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Qué mascarilla facial elegir según tu tipo de piel

Qué mascarilla facial elegir según tu tipo de piel
¿Quieres lucir una piel radiante y saludable? ¡Una mascarilla facial te ayudará a lograrlo!

Pero no te apresures a comprar la primera que encuentres. Hay muchos tipos de mascarilla en el mercado, y debes elegir la correcta para tu tipo de piel para obtener los mejores resultados y así evitar efectos secundarios o adversos.

Una vez identificado este aspecto, te recomendamos adquirir uno de estos productos en un outlet online, los cuales siempre cuentan con una amplia gama de artículos de este tipo y te permiten adquirir su mercancía por medio de plataformas como aplicaciones para dispositivos móviles, para una mayor comodidad y rapidez.

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Piel normal

La piel normal presenta un equilibrio en su hidratación, sin problemas de abundancia de grasa o sequedad. Se caracteriza por una textura suave y tersa, carente de irregularidades o imperfecciones notables. Asimismo, mantiene un aspecto luminoso y saludable, sin irritación o sensibilidad excesiva.

Resulta fundamental decir que, aunque es la más sana, necesita una buena rutina de cuidados para prevenir problemas futuros.

Le convienen mascarillas según las necesidades específicas de cada persona, ya sean reafirmantes, exfoliantes, entre otras.

Y lo mejor es aplicarlas una vez por semana y dejarlas actuar durante el tiempo sugerido por el fabricante. Si existen dudas, se puede consultar a un dermatólogo.

Piel seca o deshidratada

Por su parte, la piel seca tiene escasez de humedad. Sus glándulas sebáceas segregan menos grasa, lo que provoca un aspecto tirante o escamoso.

Si este es tu caso, busca una mascarilla hidratante con ingredientes como ácido hialurónico, glicerina o manteca de karité, que nutren el cutis y reducen la apariencia de líneas finas y arrugas.

Las mezclas a base de aguacate y miel también son una excelente opción. El aguacate es rico en ácidos grasos y vitamina E; mientras que la miel es un notable humectante natural.

Lo más recomendable es poner los productos durante la noche, momento en que el proceso de regeneración celular se realiza, y permite una extensión uniforme en las capas más profundas de la dermis.

Piel grasa 

En el extremo contrario, la piel grasa produce demasiado sebo y destaca por un semblante brillante y con poros dilatados.

Si estás en esta clase, opta por mixturas que reduzcan el tamaño de los poros. Y no te dejes llevar por el mito de que las pieles grasas no se deben hidratar.

Elige elaboraciones con ácido salicílico, carbón activado o caolín. La mascarilla de arcilla verde es especialmente excepcional, al tener la capacidad de absorber el exceso de aceite y purificar.

Piel mixta

La piel mixta es una combinación de las dos anteriores. Tiende tanto a la sequedad como a la sobre humectación. La mayoría de las veces, las zonas grasas se presentan en zona T (frente, nariz y barbilla), con  brotes de acné, puntos negros y espinillas; y las partes secas se extienden por las mejillas y pómulos.

Alguien en este espectro se debe inclinar por variaciones equilibrantes, que no resequen mucho. Una vez más, las mascarillas de arcilla son insuperables, ya que cierran los poros y eliminan las células muertas y la abundancia de sebo que provoca la obstrucción.

Ingredientes como el aceite de jojoba o el aloe vera son otra alternativa, que hidratan sin dejar una sensación grasosa. Las combinaciones con yogur y miel funcionan igualmente. El yogur es rico en ácido láctico, que contribuye a exfoliar la piel, en tanto que la miel hidrata y suaviza.

Tanto para la piel grasa como la mixta es adecuada la colocación una vez a la semana, en una cantidad reducida enfocada en la zona T. La mascarilla no se debe dejar puesta por más de 10 minutos y se debe enjuagar con abundante agua.

Piel sensible

Finalmente, la piel sensible es la más delicada, se irrita fácilmente y necesita productos no invasivos.

Considerando lo fina que es, le van bien agregados naturales como el aloe vera, las rosas, la manzanilla o la caléndula, conocidos por sus propiedades calmantes y antiinflamatorias.

La mascarilla de avena y leche es la mejor elección. La avena calma la piel y la leche hidrata y nutre.

Con una susceptibilidad tan grande al enrojecimiento, las mascarillas para la cara sensible solo pueden aplicarse una vez cada dos semanas o cada mes.

Verificar las etiquetas para descartar irritantes y realizar una prueba de alergia en una pequeña zona antes de aplicarla completamente evitará la presencia de síntomas dermatológicos.

Como último consejo, recuerda que cada piel es única y reacciona de manera diferente a distintas combinaciones. A menos que tengas acné, lo más aconsejable es realizar una exfoliación primero, para que la piel esté más receptiva a los activos que se le suministren.